Buenas
a todos.
En mi primera entrada dedicada a la Inspección Técnica de Edificios traté de dar una primera impresión sobre este encargo profesional. Sin ánimo en absoluto de sentar cátedra, sólo pretendo compartir mis experiencias con todos los seguidores de este blog que probablemente podrían darme más de un consejo a mí. Pero cualquier recurso aprovechado, por pequeño que sea, si os puede ser útil, habré cumplido con el propósito que me planteé como objetivo al embarcarme en esta aventura.
Continuo comentando algunos de los casos más habituales que he contemplado en el mercadeo en el que a veces se convierte este encargo.
El más habitual: las ITE del todo a cien.
Realmente no son a 100€, son a 99€ (y es que hasta para eso tienen visión
comercial). No os puedo enseñar la estadística que he realizado junto con un
Administrador de Fincas (básicamente por no violar la LOPD) sobre un muestreo
de 100 inmuebles en la ciudad de Madrid cuyos encargos de ITE se facturaron en
la horquilla entre 90€ y 110€.
Los inmuebles eran de similares características
en cuanto a número de viviendas, alturas etc. con el fin de conseguir un
muestreo sensiblemente homogéneo.
Los resultados que arrojaba el estudio eran
demoledores. Más del 85% de los inmuebles resultaba tener un acta de ITE
desfavorable con intervenciones a realizar de manera importante.
Un 7% aproximadamente presentaban lesiones de menor importancia y el resto de los inmuebles resultó favorable.
Un 7% aproximadamente presentaban lesiones de menor importancia y el resto de los inmuebles resultó favorable.
De ese 85%, casi el 90% de los casos fueron realizadas las obras de subsanación de las deficiencias bajo la dirección del técnico que realizó la ITE a quien delegaron la función de servir de filtro y capitanear las labores de búsqueda de una empresa que ofreciera la mejor oferta desde el punto de vista técnico y económico. No hay que ser muy listo para poder comprobar la jugada.
Quizás con un ejemplo lo veáis un poco más claro.
Una comunidad de propietarios de un inmueble de 46
viviendas situada en Madrid capital, contrata los servicios de un técnico para
realizar la inspección del inmueble.
Los honorarios pactados ascienden a 105€ más IVA, y en caso de ser desfavorable, una vez realizadas las obras de adecuación, se giraría visita de comprobación que se facturaría al mismo importe que la original.
Los honorarios pactados ascienden a 105€ más IVA, y en caso de ser desfavorable, una vez realizadas las obras de adecuación, se giraría visita de comprobación que se facturaría al mismo importe que la original.
No se firma nota de encargo ni contrato de prestación de servicios profesionales. Total, hay confianza.
La inspección del inmueble se realizó en una mañana, y no se pudieron visitar todas las viviendas dado que los propietarios no estaban presentes.
Cuatro días después el técnico entrega al presidente de la comunidad el acta de inspección desfavorable con las incidencias detectadas, y ya registrado en el Ayuntamiento de Madrid.
El
técnico le expone que dada la envergadura de las reparaciones a realizar sería
aconsejable que contará con el asesoramiento y la dirección de un técnico, y
que, en caso de ser él, le podría ofrecer una sustancial rebaja de los
honorarios y los costes de las inspecciones inicial y final estarían incluidos
en la oferta.
Dada la bondad y generosidad de la oferta y ante el temor a las consecuencias que el incumplimiento de las ordenanzas municipales pudiera acarrear a la comunidad y en especial al presidente, que es su representante legal (ya se encarga el técnico de tocar la fibra de la que prenden los testículos del cliente), la comunidad le contrata el encargo. Es un chaval muy majo y muy sincero y se le ve muy honrado. ¡No nos ha cobrado la ITE!.
Esta vez sí hubo nota de encargo, y contrato de prestación de servicios profesionales. Y unos honorarios que multiplicaban por 20 el importe de la ITE.
Estas cuestiones me hacen reflexionar. ¿ Serían
tan severas las patologías?. ¿Se puede revisar un edificio de esa envergadura
en una mañana?. ¿Ese técnico llevaba la estrategia bien aprendida en pos de
conseguir un mejor resultado económico?.
Lamentablemente no tengo las respuestas. Tengo mis
principios. Como ya compartí con vosotros, un encargo de una ITE requiere mucha
responsabilidad. Por tanto e independientemente de su resultado requiere
invertir una cantidad de tiempo que no se puede cuantificar con la precisión de
un reloj suizo pero que con un par de documentos y una visita previa al
inmueble se puede aproximar mucho. Y ya sabéis. Tiempo es dinero.
Tanto si es favorable como si no, es un trabajo que tenemos que cobrar.
Si con posterioridad se requiere de nuestros servicios para dirigir las obras es otra cuestión. Pero tengo muy claro que trabajo realizado, trabajo cobrado. Lo demás es papel mojado.
La
cara B de este disco es la de los técnicos que ofertan también al low cost y que siembran el terror entre
los indefensos propietarios que, presa del temor a perder su vivienda por culpa
de las patologías detectadas en una fatídica mañana, acogen con entusiasmo la
propuesta salvadora del técnico que consiste en solucionar los graves problemas
de su inmueble contratando a una empresa que él conoce y que es de total
confianza y acreditada reputación.
Al final la ITE les salió cara. Muy cara. Pero la
tranquilidad no tiene precio.
Sacad vuestras propias reflexiones. Seguiré comentando este tema en próximas entradas.
Saludos y nos leemos.
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